sábado, 11 de julio de 2009

"JAF 2009" Jornadas Argentinas de Folkedans

El pasado fin de semana largo del 1, 2 y 3 de mayo FOLKEDANS TANDIL participó con mucha alegría de las 1º JORNADAS ARGENTINAS DE FOLKEDANS, organizadas en la sede de la IGLESIA DINAMARQUESA de Buenos Aires por DUBA. Compartimos los tres días con los grupos:
- Grupo de folkedans danés del Colegio Argentino - Danés de Tres Arroyos.
- Grupo de folkedans nórdico "Den Nordiska Dansgruppen" de Oberá.
- Grupo de folkedans sueco "Svenska Danser" de Ijuí (Brasil).
- Grupo de folkedans danés "DUBA" (Dansk Ungdomsforening i Buenos Aires) de Bs As.



De este encuentro surge la siguiente reflexión:

Las Jornadas Argentinas de Folkedans no fueron solamente una reunión de bailarines,
fueron mucho más que eso...
...La convocatoria para reunirnos fue la ocasión inestimable de regresar al prístino hogar de
los abuelos, a la casa de nuestros ancestros; con esa fragancia, conjunción de alegría
campestre de Dinamarca o Suecia y de ese signo tan nuestro, el de las puertas abiertas de las
casas argentinas.
Somos eso, la mixtura de aquellos navegantes, aldeanos de Europa y estos familieros amigos argentinos. Quizás alguien más advirtió ese duende. Los miembros de Folkedans Tandil somos del mismo modo, una familia. Somos gente de todas las edades, que ejercemos disímiles actividades, que durante la semana nos ocupamos de nuestros compromisos y obligaciones, y que no bien llega el sábado a la tarde, se pone la mesa grande, se comparte un mate y se baila Folkedans, así de simple, con toda la familia. Es volver a casa cada sábado.


El Gran encuentro de mayo en Buenos Aires fue como la reunión anual de la familia
grande, como en Nochebuena; a la gente que nunca antes habíamos visto, ya la conocíamos.
El alma de todos era una sola, por la presencia del duende, puede ser...
La gran familia festejó. Porque eso fue, no solo una reunión sino un gran festejo, y un
homenaje a los abuelos tácitamente presentes celebrando el encuentro.
Más allá del perfil formal de las Jornadas, el duende se encargó de quitarle lo
circunspecto, de que aflore el sentir, el folklore, la música, la amistad, y el amor familiar.
Para nosotros, los de Tandil, las JAF fueron un feliz reencuentro con la familia, como en
Navidad, celebrando estar juntos otra vez en la granja de los abuelos.
El saldo fue: cuerpos fatigados y almas rejuvenecidas.
Gracias hermanos queridos, nos seguimos encontrando. Un miembro de FT




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